Reconozco que Lina Morgan me gustaba. Ya hace años que la enfermedad le apartó de los escenarios y de la televisión.

Pero sí, siempre la recordaré como una actriz de esas que nos aligeraba muchos momentos con su humor blanco. Actuaciones sobre las que nos reuníamos la familia, disfrutando, varias generaciones, de las risas. Y no debe ser tarea fácil. Y qué queréis que os diga, algo de eso vengo echando en falta.

Quizá estuviera encasillada en un tipo de papel cómico determinado, pero eso no resta mérito a su buen hacer como actriz. Que lo era, también en papeles dramáticos, aunque sea menos conocida en esa faceta.

Nacida en la época más dura de la historia reciente de España, de familia humilde y criándose en La Latina,uno de los barrios más castizos de Madrid, es probable que quizá nadie, excepto ella, confiara en labrarse un futuro y porvenir de éxito en el mundo de la interpretación, sin antecedentes familiares.

El resto…trabajo, trabajo y trabajo. Sin mucho hablar y sin dar que hablar. Así vivió. Así ha muerto.